Las modificaciones de conducta canina son cambios en el comportamiento de un perro que se producen como resultado de la adquisición de una nueva conducta o la eliminación de una antigua. La mayoría de las veces, estos cambios se deben a la enseñanza o al entrenamiento del perro, aunque también pueden ser el resultado de una enfermedad, una lesión o el estrés.
Los cambios de conducta pueden incluir cosas como el aprendizaje de nuevas órdenes, la eliminación de conductas indeseables (como orinar en casa), la adquisición de hábitos (como sentarse o quedarse quieto cuando se lo pide el propietario), el aprendizaje de reglas de socialización (como no morder a las personas) o la mejora de la relación entre el perro y su propietario.
Los cambios de conducta pueden ser beneficiosos para ambos el perro y el propietario. Por ejemplo, el perro puede aprender a responder a órdenes sencillas, lo que hace que sea más fácil cuidarlo y que sea menos propenso a meterse en problemas. Por otro lado, el propietario puede sentirse más seguro sabiendo que su perro le obedece y que tiene una buena relación con él.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los cambios de conducta son beneficiosos. Por ejemplo, si el perro aprende a ladrar cuando alguien llama a la puerta, esto puede ser un problema, ya que puede molestar a los vecinos. O si el perro empieza a morder a las personas, esto puede ser peligroso.
En cualquier caso, es importante que los propietarios de perros sean conscientes de los cambios de conducta que pueden ocurrir en sus animales y que sepan cómo tratarlos. Si el cambio de conducta es beneficioso, el propietario deberá continuar entrenando al perro para asegurarse de que se queda en esa conducta. Si el cambio de conducta es perjudicial, el propietario deberá buscar ayuda para corregirlo.
Cuando se trata de cambiar el comportamiento de un perro, existen diversas técnicas que se pueden utilizar. La elección de la técnica más adecuada dependerá de las necesidades específicas del perro y de la persona que esté intentando modificar el comportamiento.
Las técnicas de modificación de conducta canina pueden dividirse en tres categorías: refuerzo positivo, castigo negativo y corrección positiva.